LA LECTURA:  ES SALUD Y VIDA

LA LECTURA: ES SALUD Y VIDA

22 febrero, 2022 0 By admin

Se dice que la distancia entre el lector y el libro, es como la canción: “Cada día más grande”, todo debido a la internet y a las redes sociales. “Ha llegado la hora de jubilar el libro”, afirman otros.    El boom es grande y aturdidor en el mundo globalizado. Sin embargo, los agoreros de la gran catástrofe se vienen quedando rezagados masticando su propia frustración en medio del analfabetismo político, por cuanto el libro sigue brillando inmaculado repleto de sabiduría, deleite y salud, siempre al alcance de todos y todas.

Leer no es pérdida de tiempo. Se sabe que la lectura es salud, humanización, diversión y liberación. Una persona que lee, está menos propensa a ser idiota útil, menos amargada y menos solitaria. He ahí, por qué el libro en el siglo XXI es el mejor amigo del ser humano. No engaña, no miente; por el contrario: Enseña, anima y une.  Una persona que no lee,  es como un barco sin brújula, no sabe de dónde viene, dónde está y para dónde va. No trasciende ni el tiempo ni el espacio. 

Jim Trelase, afirma: “Una nación que no lee mucho está más propensa a cometer errores en el hogar, en el supermercado, en la sala del jurado y en la votación electoral. Y esas decisiones afectan finalmente a toda una nación, a los alfabetizados y a los que no están”.

Las estadísticas son realmente preocupantes: Durante el 2016, se realizó en Colombia un estudio sobre lectura, arrojando que el 51.6 por ciento, durante este año no leyó un solo libro. En Europa se lee en promedio anualmente 17 libros, en Colombia solamente 1.9; es más: El 30 por ciento de los hogares colombianos no tienen libros en sus casas.

Se desconoce que la lectura es el único instrumento que tiene el cerebro para progresar, para desarrollarse y, sobre todo, mantenerse saludable, entre otras razones, porque el cerebro es un músculo y si este no se ejercita, su tendencia es a atrofiarse, a enfermarse más rápidamente. Quien lo creyera, pero la lectura previene enfermedades de tipo neurodegenerativas y reduce ostensiblemente el estrés.

La estimulación mental es una realidad, por cuanto la lectura resulta ser una constante asociación de sonidos y significados que contribuye al ejercicio de la mente. Además, la lectura aporta conocimiento, saber; amplia el vocabulario, mejora la forma de escribir y por supuesto, de pensar; facilita el aprendizaje de idiomas, pues el cerebro está ejercitado en la asociación de sonidos y significados; mejora el pensamiento crítico, analítico y autocrítico, toda vez, que permite tener elementos de juicio para mirar con más autonomía la dinámica colectiva e individual del ser humano.

De igual manera, la lectura fortalece la concentración y la atención. Sabe escuchar e igualmente, sabe hablar con más propiedad, con más argumentación. Mejora la tranquilidad, la convivencia, la participación y la unidad.  Además, genera entretenimiento sano y saludable. Realmente la lectura nos abre al mundo.

¿Cómo adquirir la vocación por la lectura? El niño aprende a través del ejemplo. Al decir de José Martí, héroe cubano: “Las palabras conmueven, pero los ejemplos arrastran”. Si en casa nadie lee, si hay desprecio, odio y fastidio hacia la lectura, hacia el libro, muy seguramente el niño se levantará con esa mentalidad. En cambio, leerle al niño desde que esté en el vientre resulta ser provechoso y productivo, alucinante y emocionante. 

El problema es cómo los adultos adquirimos la vocación por la lectura. Lo primero que hay que erradicar es ese dicho que dice que loro viejo no aprende. Si hay voluntad, compromiso y deseos de aprender algo nuevo diariamente, se puede adquirir la vocación rápidamente. Hay muchas técnicas. Una: Tome un libro que le llame la atención y programe una lectura diaria de una sola página la primera vez, al día siguiente dos páginas, al siguiente día nuevamente una y después, tres y así sucesivamente. Dos: Diariamente, antes de acostarse o al levantarse, lea 10 minutos solamente. Recuerde que el ojo también es un músculo que al no ejercitarlo, al principio se reciente y por eso nos da pereza y lagrimeo, pero poco a poco, se acostumbra.

No es bueno justificar nuestra pereza a interactuar con el libro. Se suele decir: No tengo tiempo, no entiendo lo que leo, no encuentro su valor, me parece que es pérdida de tiempo. Toman la información de la televisión, los impresos, la radio y la internet, generalmente. Dicen y opinan teniendo como bibliografía los medios de comunicación, sin saber que más del 90 por ciento de esta información es manipulada a favor de la clase dominante, de los monopolios. Nos convertimos fácilmente en caja de resonancia de la clase dominante. 

Así es que resulta válida aceptar la gran invitación que hace Rius, escritor mejicano, de apagar el televisor y a abrir un libro. ¡Qué delicia! Recuerde: El libro no miente, ni nos deja mentir. Por eso lo invitamos a visitar la biblioteca, a hacer de ella un espacio de encuentro ameno, fraternal, encaminado a vivir y convivir en paz, sanamente con nuestros semejantes y con la naturaleza.

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