La Meseta de Ibagué se encuentra localizada en la zona centro-oeste de Colombia, entre el Valle del Magdalena y el pie de monte de la Cordillera Central. Hace parte del Parque Nacional Natural Los Nevados, donde nacen sus principales fuentes hídricas, los ríos Coello y Combeima, los cuales abastecen tanto a la población urbana como a los distritos de riego. Las bondades y características del fértil suelo de la Meseta son atribuidas a las explosiones del Volcán Nevado del Tolima (el león dormido), cuyos materiales orgánicos y piroclásticos enriquecieron la materia orgánica y minerales de los suelos arroceros de la Meseta. La procedencia misma de las aguas de los distritos de riego que nacen en los glaciares del León dormido, es un factor determinante en la uniformidad del grano de la meseta, y es por esto, que las maravillosas condiciones del acuífero de la Meseta han contribuido directamente a darle vida a este grano con la mejor calidad.
Gracias al aporte de Dulima o “río de nieve” en lengua Panche que nace en el “león dormido”, estas maravillosas aguas del Combeima y Chipalo que corren como venas por toda la planicie y alimentan los riegos de los cultivos, aportan sin lugar a duda nutrientes diferenciales para el grano de la Meseta, bañada por el cristalino y torrencial río Combeima, antaño llamado Cutucumay o “río del oro puro”. Bien lo anotó Humboldt a comienzos del siglo XIX, cuando pasó por estas tierras y describió que “la Meseta de Ibagué es un área favorecida por las condiciones del medio natural en que se cultiva, tanto de clima como agua y suelo; la altitud media sobre el nivel del mar y las abundantes aguas que la fecundan originadas en las corrientes hídricas provenientes de cumbres nevadas”.
Gracias al aporte de Dulima o “río de nieve” en lengua Panche que nace en el “león dormido”, estas maravillosas aguas del Combeima y Chipalo que corren como venas por toda la planicie y alimentan los riegos de los cultivos, aportan sin lugar a duda nutrientes diferenciales para el grano de la Meseta, bañada por el cristalino y torrencial río Combeima, antaño llamado Cutucumay o “río del oro puro”. Bien lo anotó Humboldt a comienzos del siglo XIX, cuando pasó por estas tierras y describió que “la Meseta de Ibagué es un área favorecida por las condiciones del medio natural en que se cultiva, tanto de clima como agua y suelo; la altitud media sobre el nivel del mar y las abundantes aguas que la fecundan originadas en las corrientes hídricas provenientes de cumbres nevadas