El sonido de El Leopardo enlaza mundos. Después de la presentación de un celebrado EP y de varias fechas claves en el circuito de la electrónica mundial El Leopardo, heterónimo de Daniel Broderick (Dani Boom), presenta su álbum debut Solsticio. Es un disco de carácter introspectivo que llega no por casualidad este 22 de abril, Día de la tierra, y que incluye la mixtura de varios lenguajes sonoros que han interesado al productor colombiano de tiempo atrás, en sus varios proyectos como Systema Solar o su trabajo como productor y DJ. Así, en Solsticio convergen beats electrónicos de cumbia, samples de poemas y atmósferas de distintas latitudes del globo, además de un eco difuso de tambores africanos. Este debut discográfico, que se realizó durante cinco años, oscila entre el caos de la ciudad y la tranquilidad del río. “Solsticio”, sencillo líder, es un homenaje a la geometría sagrada, a la importancia de la sílaba y de la cadencia. A golpes de cumbia se unen texturas de voces atrapadas de emisiones radiofónicas de varias latitudes del planetas para configurar una Babel sonora en la que todos están invitados para el ritual de la danza que hermana. Con timbres sintéticos se llama al misterioso pero familiar espíritu ancestral que se manifiesta en forma de felino totémico y guía la celebración hacia parajes introspectivos e intimistas en los que el escucha puede descubrirse y reinventarse. De esta manera, El Leopardo demuestra que se puede crear música enraizada en su geografía, pero que se extiende en su carácter universal para construir un sonido que apele al raver y al crítico, al paseante despreocupado y al coleccionista de álbumes en vinilo de prensaje limitado. En Solsticio El Leopardo recorre la selva para entender los lenguajes ancestrales del canto de las aves, el sonido de la lluvia eterna cayendo de un follaje espeso que cubre el suelo y las voces de los ancestros a las que se acceden por medio del trance que propician raíces y frutos sagrados de los pueblos originarios del continente americano. Solsticio es un diálogo desde la máquina con el mundo exuberante de la selva antigua, intentando llegar a esos resquicios ínfimos a los que ningún hombre ha llegado, viajando a través de la consciencia colectiva de los árboles, la tierra y el río. El Leopardo es el sonido de un raver viajando por lo profundo de la selva, lejos del caos de la ciudad, pero adentro del caos del río, el manglar y el volcán dormido. |