En una agricultura sostenible y competitiva es necesario analizar una serie de factores como son las características del suelo relacionadas con aspectos nutricionales e hídricos. El manejo de los suelos debe ser integral, obedecer a los requerimientos de los cultivos dentro de una determinada condición climática y optimizar las relaciones físicas, químicas y biológicas del suelo. En el manejo físico del suelo, es importante la labranza apropiada, el almacenamiento del agua, el intercambio gaseoso y el desarrollo radical. El adecuado manejo de suelos se puede ver limitado por diferentes factores como lo son las condiciones ambientales, disponibilidad de equipos e implementos y la ausencia de diagnóstico que permita seleccionar el mejor tipo de labranza, entre otros (Castilla & Preciado, 2011). Uno de los factores más importantes a tener en cuenta en el desarrollo del cultivo del arroz es el manejo del suelo, el cual debe brindar a la planta las condiciones ideales para un buen anclamiento y establecimiento, facilidad para la penetración de raíces, circulación del aire, capacidad de almacenamiento de agua, drenaje, retención y disponibilidad de nutrientes. Un diagnóstico físico del suelo permite identificar el estado de este y tomar las decisiones para su preparación y adecuación. Este diagnóstico se realiza principalmente para conocer la resistencia de la penetración (compactación), textura, estructura, porosidad e infiltración entre otros (Guzman, Castilla, Morales, & Luque, 2018). PROPIEDADES FISICAS DEL SUELO Y EL CULTIVO DEL ARROZ Es muy importante realizar un buen acondicionamiento físico del suelo antes de establecer un cultivo para su buen desarrollo y rendimiento por medio de su preparación y adecuación. A continuación, se señalan algunas de las características físicas a tener en cuenta: La compactación es el incremento de la densidad y disminución de la porosidad del suelo, se debe principalmente al uso excesivo de la maquinaria agrícola y a la práctica inoportuna de la labranza, lo cual genera la formación de una capa dura del suelo, llamada piso de arado y limita la profundidad efectiva del suelo para la exploración de raíces, disminuye la velocidad de infiltración del agua, la porosidad y la aireación del suelo y en casos severos afecta la producción económica del cultivo (Tirado & Castilla, 2018). La resistencia a la penetración depende de factores del suelo, como el contenido de humedad, la densidad aparente, la compresibilidad, la estructura, la textura y la materia orgánica. Puede ser evaluada con un penetrómetro de bolsillo o con un penetrómetro de cono (Figura 1 y 2); valores con un penetrómetro de bolsillo mayores a 2.9 kgf/cm2 indican compactación, las medidas arrojadas por un penetrómetro de cono se encuentran en MegaPascales (MPa), valores mayores de 0,3MPa indican problemas de compactación para el cultivo de arroz, lo que significa que las raíces de las plantas no pueden penetrar fácilmente en suelo y desarrollarse adecuadamente (Tirado & Castilla, 2018).