Junto a sus padres Dioni y Marinita, y sus hermanos Lucy, Alexander y Carlitos, son inseparables amigos, cómplices y maestros.
Pasó su niñez entre las hermosas montañas del Cañón del Combeima, recorriendo los pasillos de la escuela de Pastales.
Desde muy joven salió de su ciudad en busca de oportunidades. Estudió bacteriología en la Universidad Católica de Manizales.
Trabajó por más de 20 años en el Ibal, lideró la puesta en marcha de la primera planta de tratamiento de aguas residuales y fue docente e investigadora de la Universidad Cooperativa de Colombia.
Enfrentó un cáncer mientras estaba embarazada de su hija Isabella, pero ganó la batalla y la pudo traer al mundo, dio luz a una hermosa vida y se convirtió en madre.
¡Venció a la muerte!
Ha tenido que cruzar pruebas de fuego, estar en ruinas y levantarse como la más fortificada muralla. Hoy tiene más historias que años, heridas que se convirtieron en trofeos y una sonrisa siempre en sus labios.
No fue fácil, pero Dios le permitió estar aquí, demostrando que las mujeres tienen la capacidad de levantarse y luchar.
Su familia es el motor más fuerte que la motiva a seguir adelante. Juan Arturo, Isa, Sebas, Marinita, Dioni, son su soporte, su apoyo, la inspiración que llena su vida para lograr sus sueños y no darse por vencida.
El mayor de sus honores fue haber sido Secretaria de Salud de Ibagué, en medio de la crisis sanitaria más difícil de la historia.
Se enfrentó cara a cara con la muerte, trabajó sin descanso en cada rincón de la ciudad.
Salvó a más de 100.000 vidas y gracias a ello, Ibagué fue la ciudad número 1 en manejo de la pandemia, según el Ministerio de Salud.
Dios la ha puesto a prueba muchas veces, la templó como el acero para servirle a la gente.
Ahora, Johana Aranda quiere liderar el proyecto ciudadano más incluyente en toda la historia de Ibagué.
Está convencida que, con más oportunidades para todos, la capital musical será una ciudad competitiva, productiva y con mejor calidad de vida.
¡ELLA ES JOHANA ARANDA!
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