Festival Folclórico y Feria agropecuaria

Festival Folclórico y Feria agropecuaria

21 mayo, 2018 0 By admin

Señalé que el festival folclórico y la Feria Agropecuaria de Ibagué se instituyeron hace más de 10 lustros para exaltar la identidad y afirmar el aparato productivo tolimense y también dije que sus fines fundacionales se falsearon con los años (¿prueba de decadencia?) y que por ello esos eventos deben reinventarse si deseamos lograr un lugar en el mapa cultural y económico moderno y global. Del festival opiné, ahora veamos la Feria Agropecuaria:

 Creo no estamos lejos de un consenso respecto a que el formato de la Feria Agropecuaria, en toda su historia y en contraste con la evolución apreciada en otros lugares, ha mantenido cerrada e ilógica inalterabilidad. La exposición de ganados bovino, ovino, caprino, porcino, equino (ahora bufalino); de aves y otras especies menores; de yucas y ahuyamas grandes; de comidas, etc. no muestra mayor variedad, salvo el “gran avance” en el consumo de licor. ¿En más de 5 décadas en qué ha cambiado en la feria? Francamente en nada relevante.

La apocada Feria será igual por muchos años más, pues muestra qué somos y qué tenemos y así todo “pasa de agache”. Sin embargo, como hoy es el futuro de hace 50 años, la cuestión crispa, pues hoy la feria tendría que ser el símbolo ejemplar de un sector agropecuario que “jalonó la pujanza económica y el bien vivir del Tolima”; pero no, continúa siendo mercadillo aldeano de región atrasada, eso sí, muy visitado y por tanto incómodo, prueba clara de que hasta el coliseo ferial es vetusto. Tan corta óptica ferial impide ver que mientras buena parte del mundo entró “hace rato” en la era moderna y hasta posmoderna, nuestras ideas sobre lo agropecuario, en pleno siglo XXI, guardan rasgos culturales de los siglos XVIII, XIX e inicios del XX (casi medieval). ¿Por qué los paradigmas e imaginarios del desarrollo tolimense aún son pre modernos? Excúsenme, pero ello merece juicio de responsabilidades.

Hoy lo agropecuario significa seguridad alimentaria, denominación de origen, productividad competitividad, emprendimiento, agroindustria, agroturismo, sostenibilidad ambiental, bio ciencia, bio negocios, empleo,  avances genéticos, energías limpias y muchas más evidencias inequívocas del progreso contemporánea que sitúan a regiones ricas en recursos naturales (como el Tolima) en privilegiado sitio en el ranking creativo, cultural, productivo y comercial de naciones social y económicamente prósperas, incluyentes, justas y civilizadas.

A diferencia de otras regiones, cercanas y lejanas que, sin menoscabo de su esencia raizal e identitaria, reconvirtieron sus formatos feriales, la región tolimense insiste en hacer gala de una ruralidad primaria y en no comprender (lo reafirmo) que a éstas alturas del siglo XXI, lo agropecuario tiene avanzadas connotaciones científicas, culturales y económicas que, al ser ignoradas, nos hace hundir cada vez más, y tal vez por siempre, el azadón en el pasado. Éste arcaísmo debe cambiar para que la feracidad del campo sea una oportunidad real para que nuestras comunidades rurales y urbanas se inserten en la prosperidad y la modernidad.

ALBERTO BEJARANO ÀVILA

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