El mundo se ahoga en plástico: el salvavidas, la economía circular
25 julio, 2024La contaminación por plásticos ha llegado a niveles insospechados, que impactan al planeta. ¿Qué caminos tomar?
En los últimos años, el mundo ha presenciado un aumento masivo en la producción de este material. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al año se producen 460 millones de toneladas de plástico, de esas, más de la mitad son generalmente de un solo uso, las cuales en poco tiempo se convierten en desechos que inundan vertederos de basuras y ecosistemas. Al final, 280 millones de toneladas de plástico terminan en la basura, sostiene PNUMA.
La misma OCDE, en su informe de noviembre de 2023, ‘Hacia la eliminación de la contaminación por plástico para 2040’, explica que el uso de plásticos seguirá creciendo, lo que aumentaría un 50 % la fuga de plásticos al medio ambiente para 2040, equivalente a 30 millones de toneladas. De esas, más de 9 millones entrarían a ambientes acuáticos.
Uno de los grandes responsables de que haya plástico por doquier es el sector del envasado y el empaquetado, el mayor generador de desechos plásticos de un solo uso en el mundo, concluye PNUMA. De hecho, de todos los plásticos que se producen, 36 % se usa en envases o embalajes, esto incluye plásticos de un solo uso de alimentos y bebidas, de los cuales el 85 % son gestionados de manera inadecuada.
La economía circular del plástico es un modelo de producción y consumo que busca minimizar el desperdicio y maximizar el uso eficiente de los recursos. En lugar de seguir el patrón tradicional de “tomar, hacer, desechar”, de la economía lineal.
De adoptar este enfoque, se podría reducir 25 % de las emisiones de GEI en todo el ciclo de vida del plástico mundial; los gobiernos se ahorrarían 70 mil millones de dólares entre 2021 a 2040 y se crearían 700 mil puestos de trabajo extra, principalmente en el sur global, agrega PNUMA.
Los pilares de este enfoque van desde el reciclaje hasta el reúso; hacia la remanufactura y el rediseño, explica el profesor holandés Bart van Hoof, de la Facultad de Administración de la Universidad de Los Andes y experto en sostenibilidad ambiental en las organizaciones.
“La economía circular tiene 3 principios básicos: la regeneración de materiales, esta se puede hacer a través de la circularidad, y el reciclaje, tanto mecánico como químico. El otro es el diseño, un ejemplo es que en los envases y empaques se pueden disminuir los espesores de plástico, pero también en algunos casos el diseño puede hacer que el uso del plástico sea más eficiente a partir de envases retornables. Y el último es la innovación como los biodegradables, que hacen que no existan residuos de plásticos”, ejemplifica Van Hoof.
La economía lineal del plástico, caracterizada por el consumo de recursos y la producción de desechos, es fundamental en la crisis de la contaminación plástica. Es crucial reorientar los incentivos económicos hacia un uso seguro, eficiente y circular del plástico, además de aceptar que ciertos usos no pueden ser sostenibles y tal vez deban ser eliminados a menos que sean indispensables, es una de las grandes conclusiones del PNUMA
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