Débora Café nació del sueño de Kely y Ricardo Hoyuela, una pareja de jóvenes emprendedores que decidió transformar su amor por el café en un proyecto con propósito. “La idea de crear Débora Café nació cuando a mis 24 años soñaba con emprender en el sector cafetero y construir una marca que honrara nuestras raíces”, recuerda Kely. Inspirados por el municipio de Rovira – Tolima, tierra natal de Ricardo y lugar que Kely también siente como suyo, decidieron crear una marca colorida, juvenil y auténtica, que reflejara el espíritu alegre de su gente y el amor por el café de origen.
En julio de 2023, dieron sus primeros pasos como emprendimiento, llenos de ilusión, aprendizaje y sueños muy grandes. “Fueron días de emoción, aprendizaje y sueños muy grandes. En ese momento estábamos catando café para definir nuestro perfil de taza y, al mismo tiempo, esperando a nuestro hijo. Así que, desde el primer día, Débora Café nació en medio de dos amores, uno el café y otro la familia”, recuerda Kely. Desde entonces, cada grano, empaque y taza llevan el sello del compromiso con su tierra y con los caficultores que hacen posible esta historia.
Para Kely y Ricardo, representar el trabajo de los campesinos de Débora Café y de distintos municipios del Tolima es un honor y una gran responsabilidad. “Especialmente trabajar de la mano con el caficultor Jhoset Ruiz, de la tienda de cafés especiales Tributo Cafetero en Rovira, ha sido una experiencia profundamente valiosa. Él, como muchos productores de nuestra región, refleja el esfuerzo, la pasión y la resiliencia que caracterizan a nuestra tierra.” Además, trabajan con emprendedores y productores de Ibagué, Roncesvalles y Rovira, fortaleciendo el talento local y construyendo una cadena de valor que beneficia a toda la región. Entre estas alianzas también han surgido productos especiales, como una granola con café de especialidad creada junto a una emprendedora del Tolima, además de colaboraciones con mujeres creadoras de jabones artesanales y artesanas locales que elaboran piezas inspiradas en técnicas regionales; trabajando conjunto que ha ampliado su portafolio y reafirmado su propósito de impulsar el talento local.
Uno de los retos más grandes de Kely ha sido aprender a confiar en los tiempos de Dios y mantener viva la fe. Emprender no ha sido fácil, pero gracias al apoyo de Ricardo, su motor y compañero, nunca dejó de creer en este proyecto. Durante su embarazo sintió que todo se había pausado y temió que el sueño se quedara a mitad de camino, pero comprendió que los procesos también hacen parte del propósito. Al finalizar el 2024, las ventas de anchetas y regalos navideños con café se dispararon, un momento que sintió como una confirmación y una bendición del cielo. “Hemos aprendido que emprender es paciencia, disciplina, confianza y sobre todo amor. Formalizar nuestra empresa significó creer en nuestro proyecto y en lo que representa para nuestra región. Hoy sabemos que cada reto trae un aprendizaje y que, cuando se trabaja con propósito, los sueños sí se materializan.”
Luego de su formalización, dieron el siguiente paso: empezar con el registro de la marca, un camino que ha contado con el acompañamiento de la Cámara de Comercio de Ibagué. Gracias a su apoyo, asesoría y confianza, la empresa avanzó con paso firme y adoptó el nombre Débora Café, inspirado en el profundo amor por Dios y en una palabra profética recibida en la iglesia.
Para Kely y Ricardo, la Cámara de Comercio de Ibagué ha sido una aliada estratégica en cada etapa de crecimiento. “La Cámara de Comercio de Ibagué ha sido un gran apoyo desde nuestros inicios. Gracias a sus espacios en ferias y eventos durante temporadas de alto movimiento en la ciudad, hemos tenido la oportunidad de ganar visibilidad, conectar con más personas y posicionarnos en el sector.” Entre estos escenarios destacan las ferias Orígenes de mi Tolima e Ibagué Vamos de Compra, donde han fortalecido su presencia local y el relacionamiento con nuevos clientes. Este acompañamiento, basado en la confianza y la cercanía, ha impulsado su transformación digital, su competitividad y su compromiso con el desarrollo regional.
Kely recuerda con emoción un momento que marcó su camino como emprendedora. “Hace unas semanas me visitó una amiga emprendedora que ha sido parte de este camino apoyándonos con el tema de etiquetas. Le conté cómo fue toda la experiencia del local y me dijo algo que me marcó profundamente: ‘Si Dios le cumple los sueños grandes a Kely, a mí también puede’. Escuchar eso confirmó en mi corazón que los sueños que Dios cumple en nosotros no son solo para nosotros, también inspiran fe en otros.” Ese instante motivó a una nueva emprendedora a legalizar su emprendimiento y en Kely reafirmó su capacidad de asombro por inspirar a otros.
Débora Café se diferencia por su esencia. No se trata solo de vender café para consumo inmediato, sino de ofrecer una experiencia que combina arte, sabor y propósito. Más que una cafetería, es un coffee shop boutique donde las personas pueden descubrir, conectar y llevar a casa productos que celebran el mundo del café.
Cada artículo que ofrecen lleva el café inmerso en su historia, su diseño y su propósito. “No competimos contra los grandes; caminamos con firmeza desde lo auténtico, aportando al crecimiento local y creyendo en el poder de los pequeños comienzos”, expresa Ricardo.
Hoy, esta pareja de emprendedores se definen como aliados de los microemprendedores y soñadores que avanzan paso a paso, con fe y propósito, para llevar el sabor, el arte y el corazón del café del Tolima a más rincones. Sueñan con abrir nuevas sucursales y llevar un pedacito de su tierra a diferentes ciudades del país, convencidos de que donde llegue una taza de su café llegará también una historia que honra sus montañas y su gente. Desde su nuevo establecimiento comercial ubicado en el Hotel Estelar Altamira, local 2, Débora Café continúa expandiendo su aroma y su mensaje de fe, inspirando a otros a creer que los sueños que nacen con propósito pueden convertirse en motores de transformación para toda una región.