“ASOMUFRES” apuestan por una agricultura sostenible y humanamente justa en Fresno, Tolima

“ASOMUFRES” apuestan por una agricultura sostenible y humanamente justa en Fresno, Tolima

2 mayo, 2024 Off By admin

Asociación de mujeres “ASOMUFRES” apuestan por una agricultura sostenible y humanamente justa, a través de las biofábricas para la agricultura campesina, familiar y comunitaria

Es un sábado a las 9 de la mañana, las productoras de guanábana de la asociación Asomufres de Fresno, Tolima, se reúnen para trabajar en la vereda la Sierra, ubicada en un terreno montañoso en el que se destaca el paisaje verdoso, adornado por los árboles de plátano, aguacate, café, cacao y, por supuesto, el guanábano. Fue a inicios de abril de 2024 cuando recibieron una biofábrica, con la financiación del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II) y Asohofrucol, un espacio donde se elaboran bioinsumos para sus cultivos, cuidando del suelo, el agua, la flora y la fauna de sus tierras, atendiendo al impacto que genera la agricultura en el medio ambiente.

¡Esto ha sido todo un sueño!”, asegura Gloria Lotero, la representante legal de la asociación, quien a sus 67 años siempre creyó en la posibilidad de ayudar a las mujeres campesinas de su región a salir adelante; fue así como en el año 2010, ocupando un puesto en el Consejo local, propuso la creación de la asociación y convocó a 53 mujeres que tenían habilidades en bordado, tejido con mostacillas, checas y manualidades en guadua para capacitarlas en una actividad que les permitiera generar ingresos propios, mientras que sus esposos, cabezas de hogar, se dedicaban principalmente a las labores agrícolas.

Esta asociación dio un giro en 2019, pasando a una alianza productiva centrada en la pulpa de guanábana, viendo ellas el desperdicio de fruta madura en las fincas. Comenzaron a transformarla en postres, tortas y helados, abriendo nuevas oportunidades de negocio y aprovechamiento de recursos locales.

Consuelo Lotero, hermana de Gloria, relata cómo “en ese instante se consolidó de nuevo la asociación, con 40 socias productoras de guanábana distribuidas en diez veredas del municipio de Fresno, somos mujeres entre los 30 y 70 años, quienes actualmente participamos del proyecto de la biofábrica; tenemos un firme compromiso con la agricultura sostenible, gracias a las capacitaciones recibidas por parte de Asohofrucol en el modelo de ‘Agricultura Tropical’[1]. Así que, nuestro objetivo es lograr una producción de guanábana orgánica para los mercados y, además, tenemos planeado crear una marca de infusiones con las hojas de guanábana, aprovechando sus propiedades anticancerígenas”.

Cabe resaltar que, en el campo colombiano, los esquemas asociativos permiten a los pequeños agricultores unir fuerzas para establecer y operar las biofábricas, espacios donde comparten recursos y conocimientos; esta forma de organización impacta en la reducción los costos de producción individuales de cada agricultor, además, fomenta el intercambio de experiencias y la adopción de mejores prácticas agrícolas. Según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los agricultores que participan en esquemas asociativos tienen un 30% más de probabilidades de adoptar prácticas agroecológicas que aquellos que trabajan de forma individual.

Con el tiempo, las mujeres artesanas fueron tejiendo lazos y transformándose en visionarias; aquellas que antes eran vecinas y familiares ahora se convirtieron en socias. Sin embargo, este proceso no siempre fue fácil. Durante un tiempo enfrentaron dificultades financieras para sostener los gastos necesarios en la consolidación de la asociación, como relata Gloria: “Yo soy una mujer cabeza de familia y tengo a mi esposo con problemas de salud. Prácticamente soy quien lleva las riendas de mi hogar. Inicialmente, con mi propio sueldo, sostuve la asociación para pagar el contador y los trámites de cámara de comercio, manteniéndola a flote. Después comenzamos a mantenerla entre todas, establecimos una cuota mensual con mis compañeras, aportando cada una cinco mil pesos para cubrir los gastos necesarios.”

La determinación y la participación de cada una de las mujeres permitió que Asohofrucol postulará a la asociación en el proyecto de colaboración internacional: “Biofábricas para la Agricultura Campesina, Familiar y Comunitaria – ACFC”, apoyado por el Programa DRET II de la Unión Europea, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Gracias a esta vinculación, nos construyeron una biofábrica para trabajar la producción de guanábana orgánica, libre de químicos; es nuestro espacio de trabajo donde ponemos en práctica lo que hemos aprendido en las escuelas de conocimiento y en los talleres de elaboración de biopreparados” asegura Gloria.

Así pues, las biofábricas son catalogadas como centros especializados en la producción de insumos orgánicos para la agricultura, tales como abonos, fertilizantes y acondicionadores de suelo; estas instalaciones operan bajo estándares técnicos específicos y deben cumplir con regulaciones establecidas para garantizar la calidad y seguridad de sus productos. Su objetivo principal es proporcionar a los agricultores alternativas sostenibles a los insumos químicos convencionales, fomentando así la salud del suelo y la biodiversidad, jugando un papel crucial en la promoción de la agroecología. Según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, hasta la fecha se han establecido más de 200 biofábricas en todo el país, con una inversión total de más de 5 millones de dólares.

Por otra parte, en el enfoque organizativo, dentro del marco del proyecto se creó un Plan de administración y mantenimiento de la Biofábrica “Asomufres”, con el que se establecen lineamientos para el correcto manejo de los bioinsumos (biofermentos, acondicionadores de los suelos, biopreparados y caldos minerales), así como los requisitos para almacenamiento, elaboración, manipulación y usos de estos. Por ello, a inicios de enero se citó a una reunión, para la elección de la representante legal y la junta directiva, la agenda del día se realizó por asamblea y contaron con la compañía del Ingeniero Cesar Jaramillo, líder departamental del Plan Nacional de Fomento Hortofrutícola (PNFH) Tolima, con la finalidad de asegurar que los procesos sean legalmente justos para todas.

Teniendo en cuenta el enfoque ambiental, bajo la premisa de que una agricultura ecológicamente viable utiliza los recursos que provee la misma zona (microorganismos de bosque, rastrojo, hierba y residuos vegetales, entre otros), el prototipo de biofábrica busca fomentar la transferencia de tecnología y realizar un manejo adecuado del agua, integrando el almacenamiento y la recolección de las aguas lluvias en un tanque con capacidad de 2.000 litros, que es usado para proveer el recurso hídrico requerido en la elaboración de biopreparados. Adicionalmente, integra un módulo de dos camas de lombricultivo, con un sistema de recolección de lixiviados que permitirán la producción de abono líquido de lombriz y la producción de cerca de 1,25 toneladas mensuales de lombricompuesto, que se adaptan a las condiciones propias del territorio. Gloria cuenta que: “El residuo sobrante del caldo sulfocálcico, es usado para cicatrizar los árboles podados o se ofrecen para los palos de aguacate de las personas de comunidad.”

Con la aplicación de biopreparados se ha logrado una reducción de costos en los insumos, según las estadísticas del Plan Nacional de Fomento Hortofrutícola,[2] las líneas de producción del Tolima disminuyeron los gastos entre el 54% y el 39% respectivamente. Mariela Lotero, productora asociada, cuenta: “Yo soy bacterióloga, trabajaba en Medellín hasta que llegó la pandemia y me tocó devolverme a la finca. Aquí tengo 1 hectárea de guanábana, y con esos precios de los insumos tan costosos, empecé a producir los abonos orgánicos que nos enseñaban los ingenieros de Asohofrucol, elaboramos caldo supermagro y sulfocálcico por un valor mucho menor a los químicos que antes usaba, además pude cosechar un alimento más sano y limpio”.


Aporte Regional a la Construcción de Política Pública de Agroecología

La creciente importancia de la agroecología en Colombia ha impulsado la formulación de políticas públicas que promueven su desarrollo y adopción. La agroecología, como enfoque holístico de la agricultura, busca integrar prácticas sostenibles y socialmente justas en todas las etapas de la producción agrícola. En este sentido, la implementación de biofábricas se alinea perfectamente con los objetivos de la política de agroecología, ofreciendo soluciones concretas para la transición hacia sistemas alimentarios más resilientes y equitativos. Según datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en Colombia el 80% de los municipios cuentan actualmente con programas de apoyo a la agricultura sostenible, que incluyen acciones hacia la implementación de prácticas agroecológicas y el establecimiento de biofábricas.

Desde el Programa DRET II de la UE, AICS y FAO se está implementando el diseño, construcción y fortalecimiento de políticas públicas para el sector de agricultura y el sector ambiente en Colombia, incluyendo el enfoque territorial a través de aliados estratégicos como Asohofrucol para dar alcance a la implementación de estas políticas en las regiones y con las comunidades rurales que son directamente beneficiadas.

Con este proyecto piloto, en Fresno Tolima, en el marco del Programa DRET II y con la implementación de Asohofrucol, se generaron soluciones concretas que fomentan la transición hacia la agroecología dentro de un esquema asociativo, logrando generar el empoderamiento de ASOMUFRES frente al modelo de la biofábrica.

En conclusión, las biofábricas representan una oportunidad única para transformar la agricultura colombiana hacia un modelo más sostenible y justo. A través de la producción de insumos orgánicos y la promoción de prácticas agroecológicas, estas instalaciones permiten mejorar la productividad y la rentabilidad de los agricultores, además, contribuyen a la conservación del medio ambiente y al bienestar de las comunidades rurales. En Colombia, un país rico en biodiversidad y cultura agrícola, estas instalaciones se convierten en una herramienta invaluable para construir un futuro más próspero y sostenible para todos.

Contactos de prensa:

Néstor Rodríguez Bejarano, comunicador Programa DRET II

Damaris Castillo Romero, coordinadora Of. Comunicaciones

Ana Reyes Arias, enlace de medios y relacionamiento interinstitucional

Oficina de Comunicaciones

Representación de la FAO en Colombia