El agua residual y la no tratada transportan bacterias y microorganismos que pueden generar enfermedades e incluso ocasionar la muerte. En Colombia cerca de 3,8 millones de personas consumen agua que no es apta para los humanos. De los 1.122 municipios del país, solo 541 cuentan con algún tipo de planta de tratamiento. Investigadores de la UNAL proponen una hoja de ruta para enfrentar la problemática. El agua es un derecho fundamental que los Estados deben garantizar; en ese derecho, el acceso, la disponibilidad y la salubridad del recurso son prioritarios para vivir y hacer tareas básicas como bañarse, comer o lavar la ropa. En Colombia la situación es preocupante: cerca de 3,8 millones de personas toman agua no apta para consumo humano (Sistema de Vigilancia de la Calidad del Agua-Instituto Nacional de Salud, 2020). El servicio de tratamiento de aguas residuales es insuficiente, de los 1.122 municipios del país, solo 541 cuentan con algún tipo de planta de tratamiento de aguas residuales (Superservicios, 2018). Tomado de El Periódico Universidad Nacional Por: Fernando Helí Romero Ordóñez | Profesor de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Fotos: Perfil . Acción contra el Hambre. Las corrientes de agua se pueden contaminar de varias maneras: (i) por aguas residuales de origen urbano o rural –también llamadas negras o cloacales–, que son las que provienen del uso doméstico, como baños, lavadoras y fregaderos, entre otras; (ii) por aguas residuales industriales provenientes de todo tipo de industrias, incluyendo la del petróleo y las químicas, que producen algunas sustancias contaminantes peligrosas como compuestos químicos orgánicos y elementos químicos inorgánicos; y (iii) por aguas de origen agrícola, que contienen agrotóxicos, plaguicidas y herbicidas que causan la muerte de plantas y animales acuáticos. Además, los fertilizantes causan un desarrollo excesivo de algas, que desequilibran el ecosistema. Las principales enfermedades asociadas con falta de saneamiento básico son diarreas generadas por Escherichia coli, disentería bacteriana, fiebre tifoidea, dengue, infecciones por salmonella, cólera, leptospirosis, hepatitis A, rotavirus como agente transmisor de gastroenteritis, enfermedades parasitarias (Cryptosporidium, Giardia lamblia), amibiasis y arboriasis, parásitos intestinales (Ascaris lumbricoides y Trichuris Trichiura) y Tracoma, entre otras. El saneamiento básico es un conjunto de servicios que incluye la distribución de agua potable, el tratamiento de aguas residuales, redes de distribución, colecta de residuos sólidos, incineración de productos tóxicos, entre otros. Estos servicios tienen un impacto directo en la salud del ser humano, su calidad de vida y en el desarrollo de la sociedad. Los investigadores de la Cátedra Pasivo Ambiental ofrecida en el Instituto de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) plantean que: 1. En Colombia es necesario un nuevo marco regulatorio de saneamiento que modifique la política actual, lo cual también podría ayudar a la economía pospandemia. 2. Es importante unificar las leyes regulatorias emitidas conjuntamente por los Ministerios de Salud y de Medio Ambiente, y las Corporaciones Autónomas Regionales. Las autoridades deben gestionar para que los acueductos rurales presenten mayor eficiencia y eficacia respecto a la potabilización del agua y su distribución. 3. Se deben definir las situaciones ambientales que representan peligro para la salud de los seres humanos e implementación del Pasivo Ambiental en el país como ley. 4. Es necesario estimular la inversión pública y privada para el desarrollo de acueductos, redes de distribución de agua potable, estaciones de tratamiento de aguas residuales, cooperativas de reciclaje y centros de enseñanza ambiental. Los estudios realizados en la Cátedra del Pasivo Ambiental también indican la necesidad de promover la cátedra ambiental en sala cunas, escuelas y colegios. Estimular el desarrollo ambiental e inversión económica en todas las regiones del país generará progreso, incremento de la construcción civil, empleo, mejoría en la salud de la niñez y adultos mayores, menos problemas de internación hospitalaria, desarrollo urbanístico y cultural.