Con un derroche de color, tradición y emoción, más de 80 abuelitos de la comuna 5 de Ibagué celebraron los 25 años del grupo de danzas folclóricas Años Maravillosos, una agrupación que durante un cuarto de siglo ha sido símbolo de vida, cultura y resistencia desde el barrio Jordán.

La celebración fue una verdadera fiesta para el alma: un desfile de trajes típicos de todas las regiones del país dio inicio a este emotivo encuentro intergeneracional.

Desde las faldas del altiplano cundiboyacense hasta el ritmo vibrante del Caribe colombiano, pasando por la riqueza cafetera del Eje y la fuerza de la costa Pacífica, los adultos mayores representaron, con orgullo, las raíces de Colombia. No faltaron los trajes tradicionales del Tolima: el de laboreo, el de gala, las chapoleras, e incluso rediseños modernos que honran la tradición con un aire contemporáneo.

Uno de los momentos más mágicos fue la evocación de la mitología tolimense, con personajes como la Madremonte, la Candileja, la Bruja y el Matachín desfilando entre aplausos y sonrisas. Esta puesta en escena demostró que la danza no tiene edad, y que los abuelos son portadores vivos de la historia y el imaginario popular de la región.

Durante el evento, también se rindió homenaje a las reinas que han representado a Años Maravillosos a lo largo de estos 25 años. Y se realizó con gran emoción la imposición de bandas a las nuevas embajadoras del grupo: María Ninfa Herrán y Gloria Aracely Camacho, quienes llevarán con orgullo su corona al 51º Festival Folclórico Colombiano en 2025.

Las danzas más aclamadas fueron las de Las Pilanderas y Los Ocobos, símbolo del espíritu alegre y solidario de esta agrupación que se niega a envejecer en el alma.

Este gran homenaje a la vida fue posible gracias al apoyo de Aqua Power Center, el centro comercial que abrió sus puertas para celebrar el arte, la cultura y la importancia de las industrias creativas con enfoque social.

Años Maravillosos no es solo un grupo de danza. Es una familia, un legado y una prueba de que ser adulto mayor es también sinónimo de gozo, dignidad y participación.

¡Felices 25 años a este colectivo que, con cada paso, nos recuerda que bailar también es resistir!