Se instala rueda de negocios de IN&M
25 noviembre, 2020
Nos decía el empresario y gran amigo Pablo Artunduaga en el Tercer Foro Nacional
de la Industria de la Moda, realizado la semana pasada en el marco de la feria, que
la capacidad mensual de la cadena algodón – textil – confección alcanza en el Tolima
las 2.500.000 unidades, con las que se consumen 330 toneladas de tela de punto,
para producir camisetas y polos especialmente y 450.000 metros de tela plana con
los que se producen camisas, pantalones, jeans, overoles, chalecos y otra amplia
de gama de prendas que van para el consumo nacional.
Se evidencia por tanto, que el impacto del sistema moda en la economía del
departamento es indudable si tenemos en cuenta que según un informe de la
Cámara de Comercio de Ibagué del año 2018, 3.126 empresas se encontraban
registradas en la fabricación de productos textiles, confección de prendas de vestir,
calzado, joyas y bisutería y comercialización de productos al por mayor y al detal.
Como ya lo sabemos, este tejido empresarial tiene una altísima concentración de
microempresas con el 98,4%, de las cuales el 94% son personas naturales. No
obstante, el potencial que tenemos por estos nubarrones de una pandemia que
entró hasta nuestras casas y que ha afectado de una manera muy sensible nuestro
sistema de vida, es claro que las empresas, talleres o unidades productivas se
encuentran rezagadas en tecnología ante la falta de una verdadera reconversión
industrial que se ha atrasado por la dificultad de acceso al crédito y la carencia de
iniciativas de innovación e investigación. Pero el otro problema tiene que ver con
que el 72% de las empresas operan bajo la informalidad y esto genera desequilibrios
en las relaciones económicas y en el bienestar, aspectos que no pueden dejarse a
un lado, si realmente queremos conquistar nuevos mercados y mejorar nuestra
escala de colectiva de bienestar.
Lo que realmente no deja de sorprenderme en estos casi diecisiete años que llevo
como empresario, es esa inmensa capacidad que tienen nuestras empresas para
sobrellevar las dificultades; para soportar vientos y nubarrones, para persistir
caprichosamente en un sector que se mueve entre los vaivenes de un contrabando
imparable y la carencia de formación y de recursos que nos impiden avanzar más
rápido.
Conscientes de las fortalezas y oportunidades que tenemos en una tierra como el
Tolima que llegó a sembrar 70 mil hectáreas de algodón en los años 80 y este año
apenas alcanzamos las 2.000 hectáreas; conscientes que tenemos una cadena,
que podemos producir un algodón de una calidad tan alta que muchas regiones del
mundo quisieran cultivar, que podemos tener una hilatura para entrar al exitoso
mundo de la economía circular y que podemos hacer productos de clase mundial.
Finalmente, creo que espacios como esta feria y esta rueda de negocios que hoy
instalamos, son señales claras que nos deben llevar a pensar cómo hacemos para
que vuelva a florecer el sistema moda en el Tolima.
Mi invitación es a trabajar por la unidad, por la solidaridad y por la ayuda mutua,
pero también por la innovación y por el apoyo a ese inmejorable grupo humano de
mujeres y hombres que con la destreza de sus manos elaboran prendas que han
hecho crecer nuestras empresas. Nuevas marcas, nuevos caminos qué recorrer.
Un cálido abrazo estimado Julio César Mendoza y equipo que lo acompaña. Usted
es un faro que ilumina el sendero de un nuevo amanecer del sector algodón – textil
– confección del Tolima
